Revés judicial a Macron al anularse la prohibición de una protesta sindical

Revés judicial a Macron al anularse la prohibición de una protesta sindical

Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, sufrió este viernes un revés judicial a pocas horas de presidir el partido de la final de la Copa de Francia por la anulación de una prohibición de celebrar una protesta sindical contra su reforma de las pensiones en las afueras del estadio.


El Tribunal Administrativo de París dio la razón, en un dictamen por el procedimiento de urgencia, a los sindicatos que habían recurrido una decisión de la Prefectura de Policía publicada el viernes para impedir una acción de las centrales, que ahora pueden repartir silbatos y tarjetas rojas a los aficionados que acuden al encuentro para que los utilizaran contra Macron.


Los jueces consideraron que no estaba demostrado que las concentraciones de los sindicatos para llevar a cabo ese reparto en el exterior del Estadio de Francia suponían un riesgo para la seguridad como pretendía la Prefectura de Policía.


Además, también estimaron que ese organismo, que depende jerárquicamente del Ministerio de Interior, había abusado de sus poderes limitando las libertades.


El Prefecto de Policía, Laurent Núñez, había justificado la suspensión de cualquier manifestación en los alrededores del Estadio de Francia, ubicado en Saint Denis, a unos pocos kilómetros al norte de París por el "flujo de espectadores enorme" de 78.000 personas que se espera a que acudan al campo a esta final entre el Nantes y el Toulouse, que empieza a las 21.00 locales (19.00 GMT).


"Parecería bastante irresponsable dejar que se desarrolle este tipo de manifestación el día de un gran partido de riesgo", había comentado Núñez esta mañana en una entrevista en una radio.


La lectura había sido muy distinta por parte de los sindicatos, para los que la decisión de la Prefectura era "grave y ridícula" y tenía como principal objetivo cercenar las libertades públicas.


Una vez conocido el dictamen judicial, representantes de las centrales se apostaron en los alrededores del campo para repartir entre los aficionados octavillas, 10.000 silbatos y 30.000 tarjetas rojas.


Su intención es que utilicen estas últimas para sacar "tarjeta roja a la jubilación a los 64 años", en alusión a la contestada reforma de las pensiones promovida por el presidente de la República, que va a retrasar la edad mínima de jubilación en dos años, desde los 62 actualmente.


Con los silbatos, se trata de que se utilicen en el minuto 49 del encuentro, en referencia al número del artículo de la Constitución que empleó Macron para sacar adelante su reforma sin someterla al voto de la Asamblea Nacional, donde no tenía garantizada una mayoría suficiente.


En las últimas horas se ha especulado sobre cuál será el protocolo elegido por el jefe del Estado durante el partido para evitar al máximo que su presencia sirva sobre todo para los opositores a la reforma.


Así, por ejemplo, se da por hecho que no bajará al césped al inicio del encuentro para saludar a los jugadores, como era su costumbre, y la entrega de los premios una vez finalizado el encuentro tampoco se hará en el terreno de juego sino en la grada.


Las protestas sindicales, que han venido desarrollándose de forma regular desde el mes de enero, van a vivir una jornada importante el 1 de mayo en una nueva prueba de fuerza de las centrales que, una vez más de forma unitaria, pretenden exigir al Gobierno que renuncie a la nueva ley sobre las pensiones, ya promulgada, que debe entrar en vigor de forma efectiva al final del verano.


El 3 de mayo, el Consejo Constitucional se pronunciará sobre si da el visto bueno a un referéndum sobre la cuestión que ha pedido la oposición de izquierdas. En caso de que lo diera, sería necesario en primer lugar obtener las firmas de al menos un 10 % del electorado (unos 4,5 millones de personas).

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