El culebrón que ha supuesto la aprobación del POS de Muxía emitió hoy su último capítulo, al menos por este año. En una breve sesión de menos de 20 minutos el pleno municipal logró salvar el plan de obras de 2022 –el original que fue rechazado inicialmente, pero esta vez aderezado con un plan complementario que incluye el resto de las obras propuestas por la oposición–, gracias a la abstención del PP y al voto favorable del BNG y de los tres concejales del grupo de gobierno.
La portavoz del PP, Sandra Vilela, a pesar de que su grupo permitió un año más la aprobación del plan con su abstención, pidió al alcalde, Iago Toba, que explicara a los vecinos por qué no dialogó antes y “trae o POS o penúltimo día posible sen saber se ten consenso”, y por qué no incluyó todas las obras solicitadas por la oposición en un principio “para 12 horas despois deixar facer á oposición o que quixese e demostrar así a súa incapacidade de xestión non sendo quen de xestionar ese POS que vostede mesmo pediunos”.
Vilela acusó al alcalde de ser un “irresponsable político” y de vivir de la confrontación, intentando que los vecinos se enfrenten a la oposición para, de esta forma, tapar “a súa pésima xestión”.
El portavoz nacionalista, Carlos Fernández, agradeció el ejercicio de responsabilidad del PP para aprobar el plan de obras a pesar de las declaraciones del alcalde en sus redes sociales durante las últimas semanas. También dijo comprender el voto contrario de los no adscritos, en este caso solo de Mónica Vilela, que fue la única que asistió al pleno, “porque levades aguantando meses de descualificacións constantes e ataques persoais. Entendo que todo ten un límite e así non se fai política”, sentenció.
Sobre la actuación del equipo de gobierno en los últimos días, Fernández criticó que “o alcalde é o debe coñecer en última instancia como funciona a administración e paréceme incrible que non dea ningunha explicación neste pleno sobre as declaracións nos días posteriores ao pleno no que se rexeitou o POS“. El nacionalista preguntó de “quen foi a ocorrencia de que parte da oposición podía facer un POS alternativo en trece horas cando lendo as bases da convocatoria era evidente que fora deses proxectos que estaban xa programados no POS do goberno, todas as obras novas que non tivesen proxecto non se poderían aprobar”. Pidió a Toba que mida sus declaraciones públicas porque “a política non é para crear problemas senón para solucionalos”.
La única que votó en contra del plan fue Mónica Vilela al considerar que la posición del alcalde de aceptar que el resto de las obras se incluyan en el plan complementario es una forma de “utilizar á oposición”, como ya hizo el año pasado, para sacar adelante “o seu POS”, después de haberles tendido “unha trampa” para que presentaran una alternativa en trece horas. En este sentido, la no adscrita defendió que en trece horas “non se pode facer un POS, senón dar ideas de obras, e iso foi o que fixemos. Quen ten que facer os proxectos e iso sabémolo todos, é o Concello mandado polo alcalde.”
Mónica Vilela recordó, además, que el plan complementario está condicionado a la existencia de más crédito por parte de la Diputación, por lo que “se a Deputación non o acorda, non hai cartos para o plan complementario”.
Por último, manifestó que el POS debe servir para ejecutar obras que el Concello no puede asumir con fondos propios, como la depuradora de Quintáns, y que las actuaciones menores se pueden llevar a cabo con dinero municipal. “O ano pasado, abstívenme e deille unha oportunidade. Este ano non hai máis”, zanjó la edila.