Homenaje en Mazaricos a quienes defendieron el monte vecinal

Mazaricos conmemoró este sábado el III Día de Loita da Veciñanza Comuneira na Defensa do Monte Veciñal en Eirón, con la presencia de más de medio centenar de vecinos. La jornada honra la memoria de Xosé Esperante, “Che de Pedro”, vecino fallecido en enfrentamientos en defensa del monte vecinal durante el franquismo. El acto también ha sido en recuerdo de todas las personas que aquel día, o en cualquier otro lugar o momento de Galicia, defendieron este modelo de propiedad frente a los intentos de usurpación.

La jornada, organizada por el Instituto Galego das Terras Comunitarias (Ingateco), comenzó con la bienvenida del alcalde, Juan Blanco, quien reconoció el carácter emotivo de la misma y su importancia para la puesta en valor de un modo de vida como es el del rural. Blanco tuvo también palabras de agradecimiento para todos los asistentes, entre ellos la familia de Xosé Esperante.

A continuación se celebró la charla titulada “O futuro dos Montes Veciñais en Man Común na Galiza rural do século XXI” a cargo del profesor del departamento de Economía Aplicada de la USC y antiguo director general de Desenvolvemento Rural da Xunta de Galicia, Edelmiro López Iglesias. El ponente hizo hincapié en retos presentes y futuros de este modelo, reclamando que la visión del mismo vaya más allá del punto de vista sectorial forestal, considerando el monte vecinal como un recurso para el desarrollo socioeconómico de las comunidades rurales, destinado a usos diversos y con un marco legal que impulsa la productividad manteniendo la propiedad.

A continuación tomó la palabra Xosé Alfredo Pereira, el presidente de Orgaccmm, entidad que celebra sus 25 años de existencia. Pereira recorrió la historia de la organización y destacó que su nacimiento fue resultado de la autoorganización de las propias comunidades de propietarios.

La jornada se trasladó posteriormente al monumento a Che de Pedro en los montes de Eirón, donde se colocó una ofrenda floral e intervinieron sus familiares. En este lugar, un monolito de piedra señala desde 1998 el lugar de los hechos. La familia de Xosé Esperante agradeció a la organización la recuperación de la memoria de lo ocurrido.