Laureano Oubiña | “Cobro 480 euros de pensión y tengo que pagar casa, luz y agua; el vino me ayuda a sobrevivir”

Laureano Oubiña | “Cobro 480 euros de pensión y tengo que pagar casa, luz y  agua; el vino me ayuda a sobrevivir”
Laureano Oubiña, en la mañana de ayer en la Lonja de A Coruña | Quintana

Entre los nombres cuya sola mención trasciende cualquier tipo de presentación está el de Laureano Oubiña (Cambados, 1946), que en su labor comercial como distribuidor de vinos necesita únicamente de su cara y las historias impresas, audiovisuales y de la narrativa popular para decirlo todo. Pejurito SL viaja asociada a un apellido, pero también a una cara, la misma que estampa en la etiqueta de sus riojas y albariños: Antes muerto que chivato y rumbo cero. De momento, algunos locales de referencia en la ciudad ya lo incluyen en su carta. Es, en realidad, un viaje de retorno a los inicios del otro Laureano Oubiña: su padre.

 

¿Qué ha encontrado en el vino para dedicarle su día a día y viajar semanalmente?
Los vinos han ido conmigo toda la vida, excepto cuando estuve dentro. Soy hijo y nieto de cosecheros de vino y, cuando me arrancaron del Pazo Baión, apostamos por Pejurito. Es un apodo que ya tenían mis abuelos. Cuando llegas a Cambados y preguntas por Laureano Oubiña todos dicen: “Ah, Pejurito”. 


¿Cuál es su volumen de trabajo?
No me puedo quejar, estamos teniendo buena aceptación. Lo mejor es que no encuentro una mala cara o un mal gesto por ‘mi tema’, aunque en otros sitios siempre hay alguien que pueda decir algo. De momento, estamos a nivel Lugo, A Coruña y mi zona aunque, si te digo la verdad, mi zona no me gusta trabajarla.

 

Y se empeña en distribuirlo personalmente... 
Con los vinos soy muy delicado, tanto para trabajarlos como para comer y beberlos. Disfruto trabajando y no puedo estar quieto. Tampoco quiero, porque el día que esté mal...

 

¿Encuentra más puertas abiertas o cerradas siendo tan personal?
Se me han abierto puertas, pero ‘non hai peor cuña que a do mesmo pau’. Cuando en junio del 87 pasé a ser gerente de la bodega Pazo Baión me cargué a todos los representantes, porque eran unos inútiles. Siempre he vendido yo directamente. Cogí una bodega con 47.000 litros dentro y no tuve problema alguno. Me gusta vender directamente, ajustando el precio a la hostelería. Los intermediarios siempre han sido un problema.

 

Rioja, Ribera del Duero y, cómo no, Albariño...
Los vinos me gusta elaborarlos afrutados, muy equilibrados de acidez. Para ácido ya estoy yo. Me gusta el vino que te apetece cuando acabas de tomar un café a las 10.00 de la mañana. Sin tener que ponerte un chuletón al lado. 


Negocio de vieja escuela... 
Todo lo aprendí de niño en la taberna y la bodega de mis padres. Todo el vino de la parroquia era de mi padre y mi abuelo. No ha cambiado mucho el sabor, sigo esa misma línea. A mí me gusta macerado y que esté afrutado. Lo peor que se está haciendo con los albariños es el filtrado. Los señores enólogos se ponen una bata blanca y se creen los dueños del mundo.

 

Entre ‘La Nécora’ y las botellas de ‘Antes muerto que chivato’ ha tirado de retranca... 
Lo digo en mi libro: si fuera un chivato, no hubiera cumplido 33 años de cárcel. Ambos llevan una leyenda por detrás: “Después de largas trayectorias de navegación, y anclado a la deriva, he tomado el rumbo cero para el resto de mis días”. No tengo ninguna gana de desvincularme, cuando lo tenga que hacer es cuando me marche. No tengo por qué desvincularme de ningún lado, no debo nada a nadie. He pagado a todo el mundo y con creces.

 

¿Por qué gusta tanto seguir en el candelero?
Cobro 480 euros de pensión y tengo que pagar casa, luz y agua. A esta empresa le vendí mis derechos de imagen con la condición de seguir yo con ellos. Me ayudan a vivir y sobrevivir, no tengo queja de la fuerza de mi imagen y preferiría no ser tan famoso, pero no puedo ocultarme.

 

¿Exportará sus vinos?
De momento no, pero si tuviera la mitad de años vaya si lo haría, porque gustaría muchísimo. Mezclo lo tradicional con las normas de ahora. Tenemos que adaptarnos, sin salirnos de lo tradicional.

 

Le da por escribir ‘Toda la verdad’ y ya van seis ediciones...
Los vendo directamente yo mismo, salvo en el caso de  una librería no lo tiene nadie más, ni quiero que lo tenga, porque ahí hay una mafia de cojones. El próximo saldrá en un mes y se llama ‘Desmontando Fariña’. Va en la misma línea, nadie está obligado a leerlo.

 

¿Por qué ahora quiere desmontar ‘Fariña’? 
Porque todo lo que dice sobre mí es mentira.

 

Quién le iba a decir que sería un best seller... 
No soy escritor, sino que he escrito mi vida y vivencias. Tenía que salir a desmentirlos, igual que en el juzgado. Algunos se merecen no llevarlos por la puerta de delante, sino por la de atrás. Odio a la persona mentirosa, porque yo no miento jamás.

 

¿Cómo valora su legado?
No he dejado ningún legado, porque me lo han robado todo: el sistema judicial, el estado judicial y el Estado de turno. También lo ha hecho la gente en la que yo confiaba. 

Laureano Oubiña | “Cobro 480 euros de pensión y tengo que pagar casa, luz y agua; el vino me ayuda a sobrevivir”

Te puede interesar