La romería de San Fins do Castro volvió a congregar a cientos de personas llegadas desde lugares muy diferentes. Desde los propios vecinos y los que vuelven siempre en estas fechas a otros veraneantes que ya tienen la cita en el calendario. El buen tiempo animó a acercarse al lugar y a disfrutar de una comida campestre que parece haber batido récords con cerca de un millar de comensales en las mesas.
Devoción, diversión y música para disfrutar de esta jornada entre familia y amigos. El grito del Berro Seco volvió a resonar en el campo de la fiesta animado por el cura párroco, Liller Alexander Carrillo, y después, el Santo da Pólvora, que gira y gira hasta arder por completo. “¡Viva San Fins!”, “¡Viva Cabana!”, gritó el cura animando a disfrutar de la fiesta.
Antes, el presidente de la comisión de fiestas, Manuel Gil, agradeció el apoyo de todos los que hacen posible la romería realzando la grandeza de San Fins, que cada año “vai máis para arriba”. “Cada ano, mellor e mellor”, subrayó. Atrás quedan los años en que la fiesta era un batalla campal del vino y de adoración al dios Baco. Ayer los romeros también cumplieron con la tradición de lavarse en la fuente, avogosa para las verrugas.