Un pueblo de Málaga se convierte en Japón gracias a sus cerezos en flor

Un pueblo de Málaga se convierte en Japón gracias a sus cerezos en flor

Alfarnate, un pequeño municipio malagueño con apenas un millar de habitantes, se convierte un año más en Japón con el festival Sakura, que celebra la floración de los cerezos y en el que personas ataviadas con kimonos y 60.000 flores de papel realizadas por los vecinos dan un colorido especial al pueblo más alto de la provincia.


Si hace algunas décadas el garbanzo era el producto estrella de Alfarnate, actualmente esta legumbre ha sido sustituida por la cereza, una fruta ácida que ha encontrado en el clima y la situación geográfica de este municipio –por encima de los 900 metros de altura sobre el nivel del mar- un enclave idóneo para una producción de calidad.


El municipio de la Alta Axarquía lleva 40 años cultivando cerezos, cuya flor es símbolo nacional en el país asiático.


La comunidad japonesa fue la que sirvió de inspiración para crear el evento. "Cada año venían a ver las flores de los cerezos, algo muy típico de su país, explica a EFE el alcalde, Juan Jesús Gallardo. "Pasaban el día en el campo y un día pensamos: ¿por qué no lo celebramos nosotros también?", ha indicado.


SAKURA
Sakura, es la palabra que define a esta flor en Japón, por lo que desde el Consistorio decidieron impulsar el festival el año pasado y fue todo un éxito, tanto que ha despertado el interés de la embajada de Japón y la Oficina de Turismo en España, que han facilitado gran cantidad de material divulgativo.


Talleres, desfiles, puestos de artesanía y gastronomía dedicada a Japón, así como exhibiciones de aikido, iaido (katana japonesa), kyudo (arco) o kempo te sumergirán en la cultura nipona desde este pequeño pueblo blanco.


El municipio se engalanará con 60.000 flores de papel realizadas por los vecinos, que llevan confeccionándolas desde el pasado enero.


KIMONOS
Un colorido especial lo dan personas ataviadas con kimonos cosidos por vecinas y con la ayuda de una joven diseñadora local, Inmaculada Toledo Betancor, de 29 años, y cuya marca lleva sus dos apellidos.


"La idea era que nos pudiéramos integrar en la fiesta. Si en otras ocasiones nos vestimos de aldeanos o de moros y cristianos, aquí pensamos que podríamos ir todos con el tradicional kimono", ha explicado a EFE.


La diseñadora relata que la idea surgió el año pasado y que pensó que como siempre que hay una fiesta se intentan vestir con los trajes tradicionales correspondientes, como en San Isidro de aldeana, consideró que la mejor forma de reflejar la cultura japonesa era con los kimonos.


"Ha sido todo un éxito", indica la joven diseñadora especializada en ropa femenina, que reconoce que cada vez tiene más pedidos de distintos lugares de España.


A sus vecinas del pueblo intenta ajustarle el precio, de 30 a 50 euros, según las peticiones, y ya lleva más de 50 modelos diferentes "todos personalizados y a medida", ha precisado.


El municipio además cuentan con un Centro de Interpretación Abierto dedicado a las ocho regiones japonesas y un jardín sakuri con 47 cerezos, en recuerdo de las 47 prefecturas que tiene Japón.


VARIEDADES
Actualmente, existe más de una veintena de variedades de cerezas cultivadas en los campos alfarnateños.


Entre ellas, la más frecuente es la variedad quince (muchos de los tipos existentes se identifican con números), aunque también hay otras que se dan en cierta cantidad, como la ‘celeste’, que se caracteriza por ser especialmente dulce, la burlat, que es una de las más tempranas, o la de corazón de cabrito, que es de las más tardías.


A ellas hay que añadir otras variedades, como la starking, la bing o la lapin. Unos 4 millares de cerezos hacen posible que cada año se produzcan en Alfarnate entre 70.000 y 80.000 kilos aproximadamente. La mayoría se consume directamente como fruta, aunque también hay quien hace con ellas licores o la utiliza para hacer un sugerente gazpacho. 

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