Cada vez cuesta más entender el recibo de la luz que envía la compañía eléctrica a sus abonados y a estos les cuesta cada vez más dinero, la factura que llega a sus manos, sin comprender ni lo uno, ni lo otro. Si la luz sube el ciudadano paga las consecuencias, si el precio baja, ni se entera, sigue pagando cada vez más y más, por el consumo, que casi siempre, es el mismo, según la época estival en que se halle.
Si no comprende el entramado que esconde su recibo, si entiende la parte final que le toca a pagar y esa no miente, quizás todo lo demás si, de un tiempo a esta parte, en los importes por tarifas, se esconden numerosos costos que asume el consumidor, costos que no deberían estar ahí y lo están por decisión del gobierno de la Nación. Y al margen de estos todavía se incluye otro de nuevo cuño por parte del actual gabinete de gobierno.
Así, tenemos que abonar los consumidores, una gabela que no contaba en las premisas de sus paupérrimos bolsillos. Se vendió la moto a bombo y platillo con el tope del gas, en que bajaría el precio de la luz, todo un logro del presidente Pedro Sánchez, pero lo que parecía, no es lo que parece, ya que, el consumidor, asume en su factura dicha bonificación que se hace a las eléctricas, según el consumo de cada cual, sea particular, autónomo, industria o se servicios, el cargo consta ahí bien explicado, cuando debería ir incluido en los Presupuestos del Estado, no con cargo al bolsillo del consumidor, quien no a topado el precio del gas, beneficiando a unos y penalizando a otros.
Además existen otros dos cargos más, que han sido creados por la gracia y ardor guerrero presidencial del actual gabinete, como son el costo financiero del bono social, que tampoco viene a cuento de que esté englobado en la factura del cliente, lo mismo que el llamado impuesto a la electricidad, el cual se supone, deben pagar las eléctricas, como un canon o impuesto industrial por su producción, pero está ahí, en la factura del que la paga de modo puntual y cuando se presenta y nunca sabe lo que va a pagar.
Vistas las cosas como están. Es para echarse a temblar, si las eléctricas repercuten el nuevo impuesto a imponer por parte del gobierno, que eso, serán, palabras mayores, de momento, las compañías han avisado, que, repercutirán, al cliente, y el gobierno de Pedro Sánchez, se muestra callado, y ya se sabe, que el que calla otorga.
España no necesita un presidente que venda como logro un acto que luego tienen que pagar los ciudadanos con todas sus consecuencias, cuyos cargos son mayores a mayor consumo eléctrico. No habrá un negocio mayor, en ese porcentaje que se aplica en las facturas correspondientes, nadie hasta ahora a levantado la libre, veremos cuando se levante.