Calviño, la salvadora de España

La vicepresidenta primera y ministra de Economía se despidió hace unos días. El 1 de enero tomará posesión de la presidencia del Banco Europeo de Inversiones. Es obvio que hay muchas formas de hacerlo, pero Calviño eligió la que más refleja su forma de ser, la que nos ha enseñado estos 5 años en el gobierno de España. Su llegada al ejecutivo de Sánchez se nos vendió al modo Solbes en el gobierno de Zapatero. Nadia pondría la sensatez, la heterodoxia, el buen hacer, las relaciones con la UE y la mano con los inversores internacionales. Vendería España como un país solvente a pesar de que su socio preferente y miembro del gobierno fuera el comunismo a la Argentina. Nadia sería el dique de contención de políticas contra la propiedad privada, la empresa y los empresarios. Incluso Sánchez reprochó al líder de la oposición en la campaña de las elecciones del que él tenía a Nadia y el PP a nadie.


La despedida, sin embargo, nos ha dejado perplejos a muchos. Calviño se va asegurando que ha salvado España y que con ella se ha vivido una etapa de enorme crecimiento, que aún continúa, y con una inflación controlada. Allá cada uno con el tamaño de su ego, pero la señora Calviño olvida muchas cosas en el resumen y en qué situación deja la economía española después de un lustro. El viernes conocíamos que el PIB del tercer trimestre  apenas creció 3 décimas. En cuanto a la inflación que asegura Calviño estar controlada sigue por encima del 3%, pero cerca del 10% la cesta de la compra a pesar de la bajada del IVA. Los últimos datos de inversión extranjera no pueden ser peores con una caída cercana al 25%. España sigue siendo la campeona del paro tanto en la UE como en el OCDE. La deuda pública sigue batiendo récords y el déficit público fuera de los parámetros razonables y exigibles en la UE. De hecho, seremos uno de los países que tendrá que hacer recortes o ajustes, una vez que regresen las reglas fiscales.


Y si de lo que hablamos es de la ejecución de los fondos europeos, sobre lo cual también se puso una medalla la señora Calvino, ahí están los datos de Bruselas, no se han ejecutado ni el 20% . Tuvimos una visita del Parlamento Europeo que se fue de España declarando que nadie les consiguió aclarar dónde estaba el dinero. Tampoco, a pesar de que lo hizo, puede Calviño fardar mucho de reformas estructurales. La de pensiones no consigue que el sistema sea autosuficiente, la laboral no ha acabado con la precariedad y crea una bolsa de miles de trabajadores inactivos que no figuran como parados y qué decir de la vivienda que ha conseguido que la regulación suba los precios y reduzca la oferta. En fin, lo que queda es que ha sido la mejor alumna de egolatría de Sánchez. 

Calviño, la salvadora de España

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