Cinco miembros del Gobierno autonómico, incluido el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, han programado en su agenda de este domingo visitar diversas fiestas gastronómicas gallegas sobre navaja, pulpo, mejillón, almeja, vino y hasta folclore en distintos puntos de la comunidad autónoma.
La peregrinación de políticos gallegos a fiestas veraniegas de marisco y otros manjares y bebidas se ha convertido desde hace años en una práctica habitual por ser una oportunidad para conectar con la población y, especialmente, para lanzar anzuelos y extender redes con el fin de pescar votos, en particular en años electorales.
El conselleiro de Presidencia, Justicia y e Deportes, Diego Calvo, acompañada de la directora de Desarrollo Pesquero de la Xunta, Ángeles V. Suárez, ha asistido a la IX Festa da Navalla en Aguiño, en el municipio coruñés de Ribeira, en la desembocadura de la de Arousa.
Esta ría, una de las más rica en marisco, ha perdido casi un tercio de su producción que afecta especialmente a la navaja, el berberecho y la almeja, y ha llevado a los profesionales alertar del riesgo de colapso del sector.
Precisamente, Vilanova de Arousa, en esa ría, estaba en la agenda de la conselleira del Mar, Marta Villaverde, acompañada del conselleiro de Educación, Ciencia, Universidades y Formación Profesional, Román Rodríguez, y del secretario general de Lengua de la Xunta, Valentín García, por la XXXI Festa do Mexillón e o Berberecho.
De la ría de Arousa proviene la mayor parte del mejillón de Galicia, que registra en los últimos años una caída de la producción, tanto en capturas como en tamaño, debido en parte al calentamiento de las aguas, lo que ha sembrado amplia preocupación en el sector.
Villaverde también lleva en su plan la vecina localidad de Vilagarcía de Arousa y la XXX Festa da Ameixa de Carril, que registra desde hace años una fuerte caída de la producción.
La Asociación de Mariscadoras de Carril calcula que desde 2019 hay un continuado descenso en variedades como la babosa o la japónica, pero también en berberecho y otros bivalvos que están generando pérdidas entre las profesionales.
En la Galicia interior, el conselleiro de Empleo, Comercio y Emigración, José González, acude a la 63 edición de la Festa do Pulpo do Carballiño, en la provincia de Ourense.
Esa tradición instaurada en el medievo por monjes del monasterio de Oseira y que ha se ha popularizado ampliamente atrayendo a miles de personas ha llevado a declararla la década pasada como fiesta de interés turístico internacional.
Sin embargo, el gran apetito que suscita ese cefalópodo, del que los organizadores de la fiesta se jactan cada año de tener récords, contrasta con la veda que la Xunta impone por la escasez de recursos, y casi dos tercios del pulpo gallego consumido proviene de las costas del norte de África.
Rueda, el presidente gallego, no tiene previsto acudir a esas fiestas gastronómicas y programó participar en el municipio orensano de Verín, junto a su conselleira de Medio Rural, María José Gómez, en la XVIII Feira do Viño de Monterrei, en un momento en que los vinos gallegos, y otros puntos de Europa, están bajo amenaza una subida arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump.
La titular de Medio Rural de la Xunta también prevé asistir a la XLV Mostra Folclórica Internacional en el municipio lucense de Viveiro.
Ese puerto de la costa lucense que concentra elevadas descargas de capturas merluza se enfrenta actualmente a las restricciones europeas a la pesca de fondo y a la amenaza del Anisakis, un parásito que afecta el tubo digestivo de esos peces y puede infectar a los consumidores de no cocinarlo debidamente.
El Gobierno gallego ha instaurado recientemente una bonificación de 50 euros a los consumidores con descuentos de hasta un 25 % por la compra de pescado fresco en establecimientos adheridos al programa, para estimular el comercio, ante la bajada de 36,2 % del consumo del pescado desde 2008 hasta situarse en 17,99 kilos por personas en 2024 en España.
Mientras los integrantes de la Xunta, gobernada por el PP, acuden a promover y degustar marisco y vino, Vigo, la principal ciudad gallega, gobernada por el PSOE, celebra este fin de semana el 25 aniversario del festival O Marisquiño.
Ese festival mezcla cultura urbana y deportes de acción que atrae a miles de jóvenes y curiosos a admirar espectaculares acrobacias con patinetes y bicicletas o a escuchar a música electrónica, pero, pese a celebrarse en el puerto de Vigo, lleva el nombre por reclamo comercial, pero poco producto de mar ofrece.