El 17 de agosto de 1945, Orwell publicó en el Reino Unido la primera edición de ‘Rebelión en la Granja’, una aguda sátira política que criticaba el totalitarismo soviético y exponía el brutal régimen de Iósif Stalin con una prosa clara y directa. Aunque la novela no fue publicada hasta mediados de la década de los cuarenta del siglo pasado, su idea central data de 1937 y su redacción fue terminada a finales de 1943, en el contexto del fin de la II Guerra Mundial. El libro había sido rechazado por cuatro editoriales antes de ser publicado.
Orwell aseguró que el Ministerio de Información británico había desaconsejado su lanzamiento porque atacaba específicamente a la Rusia soviética, aliada de Gran Bretaña contra la Alemania nazi, y era inconveniente para las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Este fascinante e inquietante clásico, que gozó de la aclamación de crítica y público, ha vendido más de 11 millones de ejemplares y ha sido traducido a más de 60 idiomas.
La idea principal de Orwell, autor de obras tan reconocidas como ‘Homenaje a Cataluña’ y ‘1984’, era denunciar la traición de los ideales revolucionarios y la instauración de un régimen autoritario tras el derrocamiento del zarismo por la Revolución Rusa en 1917.
El novelista británico había sufrido, como combatiente antifranquista en la Guerra Civil Española, la persecución ejercida por las formaciones militares estalinistas a los militantes del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), el sector trotskista en el que estaba enrolado.
‘Rebelión en la granja’ narra la historia de un grupo de animales que se rebelan contra el propietario de la granja con el objetivo de crear una sociedad libre e igualitaria, que finalmente desemboca en una nueva tiranía. La trama, en esencia, muestra que los ideales revolucionarios de justicia pueden ser corrompidos por el poder y la codicia.
Los animales de la Granja Manor, oprimidos por el granjero Jones, instauran un nuevo orden para acabar con la explotación, inspirados por las bases ideológicas animalistas del respetado cerdo Viejo Mayor.
Tras su muerte, los animales, liderados por los cerdos Snowball y Napoleón, expulsan al dueño de la propiedad, renombrada ‘Granja Animal’, que pasa a regularse con los Siete Mandamientos, entre los que se incluye ‘Todos los animales son iguales’.
Sin embargo, el cerdo carismático y brutal, Napoleón, expulsa al idealista Snowball, con la ayuda de los perros, y se convierte en un dictador corrupto que usa las habilidades propagandísticas de Squealer para manipular a los demás animales. Este último altera los Siete Mandamientos para justificar los crecientes privilegios de los cerdos. El lema principal se reescribe como: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.
Los demás animales, fruto de su poca preparación, aceptan las mentiras de los cerdos, mientras sus condiciones de vida empeoran.
Los paralelismos con la URSS de Stalin de la aparentemente inofensiva parábola de animales son evidentes. Retrata el derrocamiento del régimen zarista, el triunfo de la Revolución y su conversión en dictadura.
Los cerdos son los líderes revolucionarios, los perros, la policía secreta, las ovejas, la masa analfabeta y acrítica y el cuervo Moisés, el líder de la iglesia ortodoxa. El personaje del Señor Jones representa a la realeza y nobleza rusa, personificada en el zar Nicolás II de Rusia. El Viejo Mayor se identifica con Karl Marx mientras que Napoleón se corresponde con Iósif Stalin y Snowball con León Trotsky.
Aspectos claves.
La novela muestra cómo el poder absoluto sin contrapesos transforma los ideales más nobles en una tiranía brutal. La corrupción se visibiliza a través del ascenso y la degeneración de los cerdos, que pasan de ser líderes de una rebelión a opresores, ante la inexistencia de mecanismos que limitan el poder.
Orwell demuestra que la propaganda es una herramienta efectiva en el contexto de un régimen autoritario y explica cómo la manipulación de la información puede controlar a las masas y perpetuar a los mandatarios en el poder. A través del control de la narrativa no solo se domina la percepción de la realidad, se justifica la opresión, se silencia la disidencia y se mantiene a la población sumisa.
Este fascinante clásico ha vendido más de 11 millones de ejemplares y ha sido traducido a más de 60 idiomas
A medida que los cerdos consolidan su poder, el conocimiento se vuelve un mecanismo de control. Al ser los únicos que realmente pueden manipular el lenguaje, se aprovechan de la falta de educación y de pensamiento crítico de los otros animales.
Otro de los elementos distintivos de la obra es la brutal represión de la disidencia y la estrategia del miedo como herramientas de control de los sistemas totalitarios.
La nueva adaptación animada de ‘Rebelión en la granja’ se estrenó en junio en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy 2025.
El proyecto está dirigido y producido por el actor y director Andy Serkis y cuenta con las voces de Glenn Close, Woody Harrelson o Kathleen Turner.