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martes | 7 mayo | 2024
El próximo 8 de marzo se celebrará en Carballo el juicio que decidirá el futuro del Casino, uno de los últimos inmuebles históricos que quedan en pie en la capital de Bergantiños. El juicio enfrenta los intereses de la sociedad inmobiliaria Horta do Casino SL, propietaria del edificio, y a sus arrendatarios, la Sociedade Cultural e Recreativa Bergantiños, es decir, el Casino de Carballo.
Este juicio decidirá si el Casino “seguirá siendo un espacio para el desarrollo cultural y social de la localidad y uno de los pocos símbolos urbanísticos que le quedan a Carballo, o si será derribado para edificar un moderno bloque de edificios más, similar a cualquiera del resto de la localidad”, afirman desde la directiva del Casino a través de un comunicado. “La especulación inmobiliaria está a punto de acabar con uno de los símbolos de Carballo”, añaden desde el Casino, entidad constituida en 1889 y que ocupa su actual emplazamiento desde hace casi un siglo, en 1925.
Tras varios cambios en la directiva, un grupo de personas se unió en 2018 para darle un nuevo impulso al Casino con el objetivo de recuperarlo como uno de los centros neurálgicos de la cultura carballesa. Según explican desde la entidad, fue a los pocos meses de iniciar su andadura cuando salió a la luz por primera vez que el edificio fuera adquirido en 2005 por la sociedad Horta do Casino por un importe de 70.000 euros. Como la ley permite que los arrendatarios de un edificio ejerzan su opción preferente de compra del inmueble a través del derecho de retracto, la directiva inició dicho proceso. Con la colaboración de socios y vecinos, en diez días conseguía reunir más de los 70.000 euros necesarios para la transacción.
No obstante, “cuando parecía que la situación estaba controlada, una nueva notificación de los propietarios informaba de que el importe señalado en la escritura de compra fuera un error, y que el precio del inmueble era en realidad de 360.000 euros”, explican desde el Casino. Dicha confusión habría sido provocada por el cambio de pesetas a euros que tuvo lugar en diciembre de 2002, ya que, aunque las escrituras datan de 2005, el primer acuerdo de venta con los anteriores dueños fue redactado en 2003 como acuerdo privado. Una justificación que no convence a los arrendatarios que, señalan, “hay constancia ante notario” de que aun no se ha aportado ningún justificante de pago que valide el nuevo precio.
Señalan desde el Casino que los propietarios han presentado numerosas notificaciones “para presuntamente dificultar el desarrollo de la actividad” de la entidad, como asegurar en el momento de la escritura en 2005 “que el edificio estaba libre de cargas”, pese a tener “un contrato firme y vigente desde 1956”.
Añade el Casino que los propietarios también han puesto objeciones a las obras de reforma realizadas para arreglar ciertos elementos del edificio, como la mejora del ambigú. Desde el Casino afirman que fueron actuaciones para poder continuar con su actividad y que no supusieron modificación estructural alguna. “También alegan que desconocían la existencia de un alquiler del local de hostelería conocido coo O bar do Casino, algo que se viene produciendo desde muchos años antes de la compra”, señalan los actuales directivos.
Todos estos son algunos de los temas que deberán dirimirse en el juicio del 8 de marzo, en el juzgado de primera instancia número 1 de Carballo, a las 9.30 horas. Un litigio cuya tramitación se fue atrasando por la pandemia.
Desde el Casino destacan el apoyo recibido de la ciudadanía, tanto al aportar fondos para la compra que finalmente no se realizó como con la campaña “Salva o Casino”. Esta campaña comenzó a andar el 7 de febrero con el objetivo de sensibilizar sobre el valor histórico y cultural del inmueble y ha contado con mensajes de apoyo a través de las redes sociales. Además, anuncian que habrá movilizaciones para defender el inmueble, cuya directiva lleva cuatro años de actividad.
