Vecinos y comerciantes de la comarca vivieron una jornada que fue “como volver a tiempos pasados”

Vecinos y comerciantes de la comarca vivieron una jornada que fue “como volver a tiempos pasados”
Carnicería Lola en Malpica, atendiendo este martes / N.S.

Vecinos y comerciantes de la Costa da Morte relatan cómo vivieron la caótica jornada del lunes, afectados por el histórico apagón en todo el país. El día después, recuperándose del trance, hacen balance de las pérdidas, de la experiencia y de una situación que fue como “volver a tiempos pasados”.   En supermercados como Covirán, en Malpica, aunque el lunes no contaban con generador, lograron minimizar las pérdidas: “Aquí no tuvimos mucha pérdida de producto, se conservó la mayoría perfectamente”. Aun así, algunos daños fueron inevitables: “Los helados tuvimos que tirarlos todos, pero no ocurrió lo mismo con el resto de alimentación. Aunque hay cosas que sí tuvimos que desechar”. El establecimiento no pudo abrir el lunes. “Fue imposible”, pero ayer la situación se estabilizó, aunque tuvieron que solucionar los pequeños daños eléctricos que sufrieron. “Uno de los cables se nos quemó. Suponemos que por la subida de tensión”, explican.

 

Por lo general, en las farmacias se vivió una jornada de caos controlado, abiertas, pero con los sistemas informáticos inoperativos. “El lunes no cerramos, no se podía, pero tampoco pudimos hacer nada en el sentido informático. Estaba todo el sistema colgado, sin conexión”, alegaron varias farmacéuticas de Malpica. A pesar de las dificultades, se encontraron soluciones: “Las cosas que tenían el precio en la pegatina podías cobrarlas con normalidad o apuntarlas para cobrárselas al cliente cuando se pudiera”. Una trabajadora describió la situación como “volver a tiempos pasados”, aunque puntualizó que “tampoco pudieron emitirse recetas manuales, porque se necesita también ordenador con las de papel. No es como el procedimiento de antes”. "Como el lunes fue todo a las 12.30 horas, no sabíamos qué pasaba ni cuánto se iba a prolongar. Entonces fue apoteósico”. Sobre los medicamentos refrigerados, no hubo grandes problemas, ya que “están preparados para que aguanten más tiempo la temperatura”.


En las carnicerías y pescaderías, este martes pudo recobrarse también la normalidad aunque con preocupación, principalmente, por la conservación del producto. En la Carnicería Lola, en Malpica, vivieron una de las situaciones más disparatadas que han experimentado en sus 30 años de servicio: “El lunes cerramos antes. Perdimos parte de la carne al no funcionar la nevera. Pero pudimos salvar casi todo”.  Las ventas se gestionaron con improvisación: “Al despachar, apuntamos lo que llevó cada vecino para que pudieran venir a pagarlo hoy”, y el trabajador agradeció que el apagón no se produjera un martes: “Menos mal, porque es el día en el que se nos provee la carne. En muchos de los locales ocurre así, llega el producto los martes”.


Los talleres de vehículos también vieron su actividad muy limitada: “Solamente pudimos desmontar coches y reparar algún golpe”. Las tareas que dependen de la electricidad quedaron paralizadas: “No se pudo lijar, ni se pudo fondear o pintar. Nada más se pudo realizar mano de obra de montaje, ya que la máquina de lijar o la pistola de pintar estuvieron inutilizables”.


En Carballo, la ciudadanía aprovechaba las redes sociales del Concello para contar su experiencia durante el apagón y mostrar su preocupación por lo ocurrido. “Me salvó un cámping gas pequeño”, comentaba una vecina, en tanto que otra le buscaba el lado bueno a la situación: “Mirando o lado bo, a xuventude toda de parola sin mirar o móbil; eso foi un espectáculo”. Al respecto, hubo quien vio más un problema no disponer de teléfono que de electricidad.


Los vecinos también aprovecharon para valorar a los comerciantes y dependientes. “Esa gente, la que está detrás del mostrador, son oro puro”. “Encendí la luz unas cien veces pensando en los congeladores y cuando vino de madrugada me quedé feliz”, comenta otra vecina. Muchas expresaron también su preocupación. “Paseino fatal, que angustia!” Hubo quien propuso que se debería dar información por megafonía. También hubo alguna queja por la falta de un grupo electrógeno en el PAC. Al final, alivio entre todos porque “voltara a luz, tan necesaria para todo” y con el deseo de que “nunca nos falte la luz”. 

Vecinos y comerciantes de la comarca vivieron una jornada que fue “como volver a tiempos pasados”

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