Las personas que acudieron a la llamada de la AD Abellariza de Ponteceso se llevaron una doble satisfacción, la de contribuir con una causa solidaria, sobre todo, y la de disfrutar de un paisaje privilegiado como el Campo do Río de Anllóns, entorno por el que discurría buena parte del recorrido de la andaina y de la carrera previstas
Los que optaron por la caminata completaron una distancia de 2 kilómetros, mientras que aquellos más en forma optaron por la carrera de 6 kilómetros, la distancia que cada día tiene que recorrer un niño en África para poder llevar agua a su casa.
El tradicional pistoletazo de salida fue sustituido en esta ocasión por el repicar de las campanas de la iglesia de San Fins de Anllóns, gracias a la colaboración del campanero de la parroquia, Antonio do Relanzo, aunque en tan singular ocasión estuvieron representadas hasta tres generaciones: el abuelo, el hijo y el nieto.
Al final todo salió a la perfección en esta jornada mezcla de solidaridad, deporte y disfrute del paisaje. A ello contribuyeron los siete voluntarios de la AD Abellariza y el trabajo de los socios del colectivo Campo do Río de Anllóns, que en las semanas previas no repararon en esfuerzos para que los itinerarios estuvieran en las mejores condiciones