Desde que se anunció el concierto de “Camela” para las fiestas de Ferrol no se ha parado de hablar de ellos. Las voces críticas poco pueden decir cuando nadie quiere perderse esta actuación. Sus fans son todo un misterio y un abanico que abarca edades, condiciones y profesiones diversas. Unos los seguían desde las casetes de gasolinera, otros pasaron del frikismo a entonar sus canciones en cualquier lugar y los más jóvenes planeaban desde hace días el concierto, tras haber pasado por festivales de música urbana o por las verbenas con La París de Noia. Lo que está claro es que Camela aúna, como el animal print.