Nada impide a los vecinos de la Costa da Morte acudir a una fiesta gastronómica, ni la lluvia, ni el viento, ni el frío. Nada. Y es que hay pocas cosas que nos haga disfrutar tanto en este esquina del mundo como la buena comida y más si son platos de cuchara con productos de primera calidad, como la fabada. Eso es lo que explica que miles de personas se hayan dado cita ayer en Ponteceso. Para algo están las carpas.