La Xunta de Galicia estima que las obras de prolongación de la autovía de la Costa da Morte desde Santa Irena hasta la carretera AC-432, en Calo, comenzarán en 2026. Así lo anunció este viernes la conselleira de Vivenda e Planificación de Infraestruturas, María Martínez Allegue, durante la presentación pública del proyecto en Vimianzo. La actuación, sometida desde hoy a información pública, marca un paso decisivo para la mejora de la conectividad en la Costa da Morte y para completar el trazado comprometido hasta Berdoias, que se realizará en una tercera fase.

“Hoxe é un día importante”, afirmó la conselleira en el acto en el que se desgranaron las claves del proyecto y su calendario previsto. Según explicó, la Xunta trabaja con la previsión de tener el proyecto aprobado en los meses de septiembre u octubre, lo que permitirá sacar a licitación las obras antes de que termine el año y comenzar la ejecución en 2026.

Se trata de una inversión estratégica para la comarca que alcanzará los 36,4 millones de euros, una cifra superior a la inicialmente estimada, debido a la actualización de precios y de los procesos expropiatorios. “Estamos a falar dun investimento moi importante”, destacó la Martínez Allegue, quien destacó que esta actuación es posible gracias al ahorro que ha supuesto para las arcas públicas la eliminación de peajes en autovías autonómicas. “Este rescate que fixemos das peaxes permítenos ter unha liberación económica que nos permite realizar actuacións como a que presentamos hoxe”, explicó.

El director da Axencia Galega de Infraestruturas, Francisco Menéndez, detalló el alcance técnico de esta infraestructura “de enorme complexidade”. Recordó que el documento presentado es una actualización del proyecto ya existente, con revisiones tanto en el trazado como en los aspectos económicos y expropiatorios ya que hay 205 parcelas afectadas. Menéndez recalcó que ya se está trabajando en la actualización del proyecto constructivo para que la obra pueda ponerse en marcha cuanto antes. “Coido que pronto sexa unha realidade”, aseguró.

Proyecto

El proyecto que ahora se somete a exposición pública consiste en la prolongación de la AG-55 desde su actual final en Santa Irena, hasta el cruce con la carretera autonómica AC-432, vía principal de acceso a Camariñas desde Vimianzo. Con una longitud total de 5,5 kilómetros, el nuevo tramo se ejecutará con características propias de autovía: calzadas separadas para cada sentido, dos carriles por sentido, arcenes exteriores de 2,5 metros, interiores de 1 metro y una mediana de separación. La velocidad de proyecto es de 100 kilómetros por hora, lo que garantizará una circulación fluida y segura.

El trazado incluirá tres enlaces. El primero será el de Santa Irena, en continuidad directa con el tramo actual de la AG-55. Este enlace permitirá distribuir el tráfico local mediante una glorieta y ramales de entrada y salida. El segundo, en un punto intermedio a la altura de Pasarela que no estaba incluido en proyectos anteriores, está pensado para servir de enlace con los futuros accesos directos desde la autivía al parque emrpresarial. El tercero será el final de este segundo tramo, que conectará con la AC-432, a partir del cual arrancará en el futuro la prolongación hasta Berdoias.

Uno de los elementos más singulares del proyecto será el viaducto sobre el río Vimianzo, con una longitud de 244 metros. Esta estructura, situada en el último tramo del recorrido, permitirá salvar el cauce fluvial sin afectar su funcionalidad ni el entorno natural. Además, se contemplan otros dos viaductos sobre el río Grande en puntos intermedios, seis pasos superiores para garantizar la continuidad de caminos existentes y tres pasos inferiores para el drenaje, la fauna o el paso de vehículos agrícolas. Todo ello estará acompañado por seis obras de drenaje transversal y la reposición de todos los servicios afectados, desde redes de abastecimiento hasta telecomunicaciones.

La actuación también incluye medidas ambientales correctoras, como la revegetación de taludes, la integración paisajística de estructuras y la minimización del impacto visual y acústico. Asimismo, el plazo de ejecución de las obras se ha incrementado de 24 a 36 meses “con la finalidad de realizar un óptimo encaje presupuestario de las mismas”.