7º-14º
viernes | 3 mayo | 2024
La Audiencia de Madrid ha absuelto a los padres acusados de vender a su hija de 12 años para casarla con el hijo menor de otro matrimonio, que también ha sido exonerado, en una sentencia en la que los magistrados subrayan que no han tenido "la principal fuente de prueba": la declaración de la menor, que se fugó.
En la sentencia de la Sección 16 de la audiencia madrileña, a la que ha tenido acceso EFE y que es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), los magistrados explican que la prueba practicada "resulta notoriamente insuficiente para acreditar los hechos" por los que la Fiscalía pedía 7 años de cárcel para los acusados, de origen rumano y etnia gitana.
El Ministerio Público les imputaba un delito de trata de seres humanos con fines de servidumbre.
Los magistrados ponen de relieve que la declaración de la joven ante la Brigada Provincial de Extranjería de la Policía Nacional se grabó "sin ninguna garantía" y eso "ha impedido que se reprodujera durante el plenario con valor de prueba documental", de modo que "se ha privado a este Tribunal de la principal fuente de prueba sobre la que presupuestar un hipotético fallo condenatorio".
"A las manifestaciones atribuidas a la menor en sede policial, una vez concluida la grabación, y en la que habría reconocido que su padre la había 'vendido', tal y como fue traducido por la intérprete que le asistía en ese momento y cuya declaración no se propuso (...) no puede otorgárseles, por iguales motivos, valor probatorio alguno", añaden los jueces, que afirman que tampoco se llamó a declarar en el juicio a una mediadora del centro de acogida a la que supuestamente la niña le dijo la misma idea.
Además la joven, tras declarar ante la policía y ser trasladada a un centro de acogida, se fugó y no volvió a declarar en el proceso, mientras sus padres y los padres del joven con el que se casó han sostenido que no hubo una venta.
Así la Sala no considera acreditado que la menor fuera obligada a casarse ni vendida a otra familia, ni que estuviera retenida en la vivienda familiar.
El tribunal sí considera acreditado que los dos menores, tras contactar por redes sociales y actuando con la conformidad de sus respectivos progenitores, accedieron en Rumanía a contraer matrimonio conforme al rito gitano, dentro de su tradición.
Previamente la menor tuvo que someterse, el 22 de junio de 2021, a la prueba del pañuelo para dejar constancia de su virginidad.
Dos días después los padres de ella acudieron a un notario de Rumanía para manifestar que su hija residiría con la madre del joven y que desde ese momento, y hasta el año 2024, autorizaban a la menor a viajar al extranjero acompañada de ésta, concediendo a la madre del joven la facultad de tomar decisiones en su nombre.
Así, el 24 de junio de 2021 se celebró una fiesta para festejar la relación iniciada entre los dos menores.
Dos días después, el 26 de junio de 2021 los padres del joven se trasladaron con la chica desde Bucarest a Madrid, residiendo a partir de entonces en Mejorada del Campo (Madrid), y el 17 de septiembre se celebró en Guillena (Sevilla) una fiesta para volver a celebrar el enlace entre los menores.
El 4 de octubre de 2021 la Policía entró en el domicilio en el que vivían los jóvenes con los padres de él y detuvo a los dos adultos, mientras la menor fue trasladada a piso de protección para víctimas de trata, en donde permaneció hasta que el día 14 de octubre, cuando se fugó.
