Amenazas sobre Galicia

Mientras escribo suena de fondo el discurso del candidato Rueda que será investido presidente con el apoyo de su partido para gobernar sin sobresaltos políticos. Pero tendrá sobresaltos económicos porque sobre Galicia se ciernen amenazas que tienen su expresión más cruel en el sector industrial. Sin ánimo de ser exhaustivos –el espacio no lo permite– ahí van algunos ejemplos.  


Alcoa. La decisión de la empresa de venderla es la sentencia de muerte de esta compañía que aporta un tercio a la economía de Lugo y sostiene la vida de A Mariña. Que desaparezca es un drama económico.


Stelantis. El Ministerio de Industria le vuelve a negar Fondos Next Generation para una nueva plataforma industrial, vital para su futuro. La empresa presentará alegaciones, pero avisa que sin ayudas no habrá inversiones en la planta de Vigo.  


Altri. Iba a ser la salvación económica para la amplia comarca con capital en Palas de Rei. Ahora es rechazada por concellos, partidos políticos y asociaciones ecologistas que agitan la bandera del “non” antes de que los técnicos dictaminen si el proyecto cumple con los requisitos legales y medioambientales. Deben saber que Altri se instalará en Palas si hay fondos europeos y estos solo llegarán si el proyecto cumple con todas las exigencias.  


Otros proyectos. ¿Qué pasa con los proyectos de otras compañías que tenían intención de instalarse o potenciar su actividad en Galicia? Es el caso de papel tisú impulsado por ENCE, la fábrica de neumáticos del grupo chino Sentury, hidrogeno verde de Reganosa -las tres en As Pontes-, la fábrica de turbinas en Navantia, grafito en A Coruña, la naviera Maersk en Punta Langosteira... Muchos millones de inversión y miles de empleos que dependen de los Fondos Next Generation y de la energía barata.  


Parques Eólicos. Hablando de energía, caen sobre Galicia como “gota malaya” las resoluciones del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que paralizan parques eólicos “por razones medioambientales”. Con los 7 paralizados el viernes pasado –122 millones de inversión– van 27 paralizaciones, algo extraño que no se ha visto en ningún otro sitio. Cómo extraño es que el mismo TSXG haya elevado al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) una consulta sobre la tramitación ambiental que validó el Tribunal Supremo, lo que implica un retraso entorno al año y medio en la puesta en marcha de esos proyectos de energía alternativa.


Sumadas las necesidades de la sanidad, la educación, las atenciones sociales, la vivienda, el empleo, retener el talento joven, la ley del litoral, las carencias ferroviarias, las autovías inacabadas…, hay que concluir que el presidente va a necesitar todos sus conocimientos, su experiencia, su energía y un buen equipo para gobernar Galicia. Ojalá acierte porque de su buena gestión dependen el presente y el futuro del país. 

Amenazas sobre Galicia

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