Pontevedra, el último bastión taurino de Galicia, mantiene viva la llama de la afición gracias a la familia Lozano

El coso de San Roque, que este año cumple 125 años de vida, es mucho más que una plaza de toros
Pontevedra, el último bastión taurino de Galicia, mantiene viva la llama de la afición gracias a la familia Lozano

En pleno siglo XXI, cuando la tauromaquia ha desaparecido prácticamente del mapa gallego, Pontevedra se erige con orgullo como el único lugar de Galicia donde todavía siguen celebrándose corridas de toros, manteniendo viva una tradición centenaria que forma parte esencial de la cultura y la historia de esta tierra.


El coso de San Roque, que este año cumple 125 años de vida, es mucho más que una plaza de toros: es el corazón que sigue latiendo para miles de aficionados gallegos que cada verano renuevan su pasión por el toreo, llenando sus tendidos y viviendo con emoción cada paseíllo, cada muletazo y cada ovación.


Este milagro cultural no sería posible sin el esfuerzo y el compromiso constante de la familia Lozano, que durante décadas ha gestionado con mimo, respeto y profesionalidad la Feria Taurina de la Peregrina, ofreciendo carteles de auténtico lujo y cuidando hasta el último detalle para que Pontevedra siga siendo un referente taurino a nivel nacional.


Gracias a esta dedicación, Pontevedra no solo mantiene viva la tauromaquia en Galicia, sino que se ha convertido en un auténtico punto de encuentro para aficionados que acuden desde toda la comunidad e incluso desde otras partes del norte peninsular, para disfrutar de un ambiente único, donde la fiesta brava se vive como una auténtica celebración popular.


Con la Feria de la Peregrina 2025, que recupera este año las tres corridas de toros coincidiendo con el 125 aniversario del coso y que incluirá una histórica corrida goyesca, Pontevedra vuelve a demostrar que la tauromaquia sigue teniendo profundas raíces en Galicia. Una llama que continúa encendida, gracias a la afición, a su plaza centenaria y a la pasión inquebrantable de la familia Lozano.

Pontevedra, el último bastión taurino de Galicia, mantiene viva la llama de la afición gracias a la familia Lozano

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