Las tres semanas que quedan hasta la reunión del Comité Federal del PSOE anunciada por su secretario general, Pedro Sánchez, tras la dimisión de Santos Cerdán, van a estar plagadas de especulaciones, pero hay una hipótesis que Moncloa descarta en cualquier caso: no se abrirá la puerta a un adelanto electoral.
Es lo que aseguró el propio presidente del Gobierno en su comparecencia el jueves en la sede federal socialista, en la que, con gesto muy serio, pidió en repetidas ocasiones perdón a los ciudadanos por lo que desvela el informe de la UCO sobre su ya ex secretario de Organización y por haber hecho algo que asume que nunca debió hacer, confiar en él.
Pero se trata de una cuestión que circunscribe al ámbito del partido, y de ahí que asegure que no afecta al Ejecutivo ni a la labor que está realizando y, por tanto, mantiene su determinación de que la legislatura se extienda hasta cuando toca, en 2027.
Es lo que ha venido afirmando una y otra vez ante las reiteradas peticiones de la oposición de que convoque elecciones tras la serie de investigaciones judiciales que afectan a su exministro José Luis Ábalos, a su esposa, a su hermano, o al fiscal general del Estado; o por la imposibilidad de sacar adelante iniciativas clave como los presupuestos del Estado.
Muchas de esas investigaciones las han enmarcado el Gobierno y el PSOE en una campaña de acoso y derribo alentada por los populares, pero la situación de Cerdán daña ese argumento y se reconoce que es el golpe más duro que han recibido hasta ahora.
Un golpe ante el que en las filas socialistas surgen las dudas sobre la posibilidad de que Sánchez pueda cumplir la promesa de resistir hasta 2027.
Pero en eso insisten a EFE fuentes del Gobierno, en que no habrá adelanto electoral, al tiempo que rechazan que Sánchez esté barajando presentar una cuestión de confianza y no temen una moción de censura porque tienen el convencimiento de que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no cuenta ni contará con los apoyos necesarios.
Admiten que los socios de coalición y de investidura están desencantados con unos hechos que han provocado que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, haya demandado un "reseteo" de la legislatura y un nuevo marco de relaciones de igual a igual porque no basta con pedir perdón, y que el ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun haya asegurado que la confianza está rota.
De la misma forma, entienden las peticiones de explicación que se están sucediendo por parte de estas formaciones y que han llevado a ERC y BNG a pedir la comparecencia de Sánchez en el Congreso.
En el Ejecutivo señalan que Sánchez ya dio la cara en la rueda de prensa de Ferraz y que habrá tiempo para que la dé también ante el Parlamento.
Mediados de julio puede ser la fecha para ello, ya que está prevista una comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso tras el Consejo Europeo de Bruselas del 26 de junio y que puede acumular otros asuntos: la cumbre de la OTAN, los audios de la exmilitante socialista Leire Díez o el procesamiento del fiscal general del Estado.
Antes de esa comparecencia ya se habrá celebrado en Sevilla la reunión del Comité Federal del PSOE que Sánchez ha fijado para el día 5 del próximo mes y en la que ha anunciado una reestructuración de la dirección del partido tras la salida de Cerdán.
Desvelará ahí detalles de cómo pretende afrontar la difícil etapa que queda por delante y los cambios que medita en la cúpula socialista, que se prevén mucho más profundos que el mero nombramiento del nuevo secretario de Organización.
Aunque fiel a su idea de limitar esos cambios a la esfera del partido negó públicamente que vaya a hacer una remodelación del Gobierno, fuentes socialistas no descartan que los movimientos en el PSOE pudieran derivar también en algún relevo ministerial.
Pero además, contienen el aliento ante el temor de que puedan conocerse hechos que aumenten la gravedad de la situación, y ante la hipótesis de que pudieran afectar a la financiación del partido, reconocen que el golpe sería letal.
Aunque la esperanza es superar el estado de shock en que quedó sumido el PSOE y lograr una cierta normalización de cara al nuevo curso político que comenzará en septiembre, también son conscientes de que el PP intentará seguir ahondando en una herida que asumen que es difícil de cicatrizar.
Con lo sucedido con Cerdán, según el lehendakari, Imanol Pradales, "se ha modificado la pantalla" y se ha entrado en una nueva fase de la legislatura.
Otro punto y aparte después del que Sánchez dijo escribir tras tomarse en abril del año pasado cinco días de reflexión para decidir si continuaba en el cargo.
Se resiste al punto y final que, ante todos los acontecimientos, le reclama Feijóo, y que él insiste en que, pese a la sucesión de sobresaltos, lo pondrá de acuerdo con el guión escrito al inicio de su actual mandato, en 2027.