En un momento en el que los apagones y la tensión en la red eléctrica acaparan titulares, una pyme gallega apuesta por responder con hechos. E.nova Enerxía, compañía con sede en Santiago de Compostela y vocación transformadora, acaba de poner en funcionamiento su primera planta de generación distribuida: Peraleda Solar, en la localidad de Pilas, provincia de Sevilla.
Con esta instalación, la empresa busca demostrar que las pymes también pueden liderar la transición energética, ofreciendo soluciones reales, eficientes y sostenibles, pensadas desde el territorio y para el territorio. “Queremos demostrar que otra transición es posible. Más distribuida, más eficiente y más conectada con la realidad social y productiva de cada zona”, afirma Xurxo López González, director ejecutivo de E.nova Enerxía.
La generación distribuida es un modelo descentralizado que apuesta por producir energía cerca del punto de consumo, reduciendo pérdidas, aumentando la eficiencia y reforzando la resiliencia del sistema. Peraleda Solar es un ejemplo claro de este enfoque, en el que las infraestructuras se integran mejor en el territorio y responden a las necesidades reales de la población y de la industria local. La planta ocupa una superficie de 2,5 hectáreas y cuenta con una potencia instalada de 1 megavatio pico (MWp). Esto le permitirá producir alrededor de 1.922.140 kWh al año, el equivalente al consumo anual de cerca de 550 hogares medios. Además, evitará la emisión de más de 686 toneladas de CO₂ anuales, contribuyendo activamente a la lucha contra el cambio climático.
La inversión realizada asciende a 825.000 euros, financiados íntegramente por la compañía, en un ejercicio de compromiso y confianza en el papel que las pymes deben desempeñar en el nuevo modelo energético. La puesta en marcha de Pilas Peraleda Solar no es solo un hito técnico: es el punto de partida de un plan más ambicioso.
E.nova Enerxía está desarrollando una cartera de proyectos de generación distribuida en otras provincias españolas, tanto con tecnología fotovoltaica como hidroeléctrica, con el objetivo de consolidar un modelo más sostenible, territorializado y resiliente.
“Desde Galicia, demostramos que también las pequeñas empresas pueden liderar proyectos estratégicos de generación renovable en cualquier parte del Estado. Es una forma de hacer país y de contribuir, con hechos, a una transición energética más sostenible y descentralizada”, apunta López González.
E.nova Enerxía tiene su sede en Galicia (Santiago de Compostela), pero sus proyectos —como esta planta en Sevilla— reflejan una vocación de país. La compañía trabaja tanto en la comercialización de electricidad como en el desarrollo de proyectos de autoconsumo y generación, siempre con energía de origen renovable, cuando el cliente así lo solicita.
Con esta nueva planta, la empresa consolida su modelo: energía con sentido y generación distribuida, al servicio de la industria, los servicios y la sociedad.