Romanos y castrexos han tenido que dejar aparcadas sus diferencias. No porque las hayan solucionado, nada más lejos de la realidad. Las vicisitudes del lejano siglo XXI han hecho que la romería Galaicoi sea suspendida. Y las armas de ambos bandos han ido a parar al pleno de Cambre, donde Gobierno y oposición luchan con fiereza sobre los motivos de dicha cancelación.