Cuando una de las principales potencias mundiales está en manos del señor de la gorra roja, es entendible que nos asustemos por el devenir mundial. “Nadie sabe lo que voy a hacer”, y punto. Así responde un presidente cuando es cuestionado sobre si atacará a otro país, sabiendo que puede desencadenar una guerra global. Para echarse a temblar solo de pensar en ello.