Hay cosas que no cambian tras el verano. Los niños y jóvenes vuelven a las aulas, comienza a llover y cientos de personas que estaban trabajando, vuelven al paro. Es una situación que el mercado laboral de la Costa da Morte sufre año tras año, con un agravante: este año los despidos empezaron ya en el mes de julio. A lo mejor hay que ir pensando en un cambio de modelo económico