Pocas denominaciones tan apropiadas como la de ‘cuestión de confianza’. En lo que se refiere a un pleno municipal, al menos. De la confianza de los grupos de la oposición en la gestión del Gobierno local van a depender (todo apunta) los presupuestos de la ciudad para este año. Y llegados a este punto, más de uno tiene muy presente que confianza no es lo mismo que fe ciega.