Este es el caso de muchos siniestros marítimos y naufragios que se suceden por errores humanos, negligencias o por incumplir las medidas de seguridad marítima o las normas de prevención de riesgos laborales.
El Banco de España y los gobernantes de nuestro país miran para otro lado y no se les ve ninguna actitud que nos permita pensar, a corto plazo, que van a tomar cartas en el asunto contra la impunidad de estas entidades financieras que no hacen más que lucrarse a costa de la mayoría de los ciudadanos.