María Grijelmo: "La contribución de las mujeres es incuestionable pero solo protagonizan el 26% de las noticias"

María Grijelmo: "La contribución de las mujeres es incuestionable pero solo protagonizan el 26% de las noticias"
María Grijelmo, con su libro /Cedida

“Claves para un periodismo feminista”, de la editorial Fundamentos, es la propuesta de María Grijelmo (Burgos, 1964) para contribuir a mejorar la manera en la que abordan sus compañeros de profesión las informaciones y aportar un punto de vista igualitario a la hora de afrontar las noticias. La Asociación de la Prensa de A Coruña presentó el pasado lunes en la Fundación Luis Seoane este libro, que pretende ser un manual que, más pronto que tarde, en un futuro optimista, no tenga que ser necesario porque haya conseguido normalizar en gran medida lo que propone. 

 

¿Por qué nace este manual? ¿En qué momento se plantea escribir este libro?

En 2018 fue sin duda el año del avance del feminismo: la manifestación del 8M fue un revulsivo para darle un repaso a todos los sectores, a todos los prejuicios, a todos los estereotipos y a todas las desigualdades. Yo, que me había aproximado a él unos meses antes y siendo como soy periodista, quise saber más sobre el periodismo Feminista y, cuando me puse a buscar un libro que pudiera satisfacer mis expectativas, no lo encontré... No lo que yo buscaba. Comencé a buscar ejemplos: buenos ejemplos, malos ejemplos y a guardarlos en una carpeta con una idea que iba tomando forma pero que todavía la visualizaba lejana. Con el confinamiento, volví abrir ese melón que tenía un poco reservado para que fuera madurando y decidí empezar a buscar información, fuentes, datos…

 

¿No existía nada parecido?

Yo no encontré lo que buscaba, lo cual no significa que no exista. Lo que quería era un manual donde nos explicaran cómo podíamos abordar el feminismo para que fuera feminista y para que pudiéramos visualizar todas las desigualdades estructurales de nuestra sociedad.

 

¿Cree que el haber incluido la palabra feminista en el título puede haber alejado a alguna persona que no haya entendido el mensaje?

Realmente, uno de los objetivos del libro era reivindicar la palabra "feminismo", una teoría política y social que considero un bien absoluto, porque es bueno para las mujeres y también es bueno para los hombres. No podía hacer un libro que hablara de teoría feminista y luego esconder esa palabra porque está demasiado manipulada. Quizá si detrás de la palabra feminismo hay rigor, hay estudio, hay análisis, podamos entre todos darle a esa palabra el lugar que le corresponde.

 

¿El buen periodismo no debería ser feminista y transmitir estos valores per se?

Sí rotundo. El buen periodismo debería hacer periodismo feminista, debería ser periodismo elaborado con enfoque de género pero, para eso, todos los periodistas deberían tener formación en género, cosa que ahora mismo no está contemplada en el plan de estudios de las facultades de periodismo y comunicación audiovisual.

 

¿Que cree que aporta este manual a un periodista? 

Me gustaría que el lector deje un poco de lado sus prejuicios, sus estereotipos y todo aquello que le han ido diciendo a lo largo de todos sus años, según ha ido creciendo, y se pare a pensar y a reflexionar sobre si lo que estamos haciendo o lo que se ha hecho hasta ahora es lo mejor que podemos hacer para mejorar la sociedad. Si no debemos empezar a hacernos preguntas, muchísimas preguntas, y por eso yo incluyo unas 300 preguntas a lo largo de las páginas del libro.

 

¿A quién se lo recomienda? 

Se lo recomiendo a estudiantes de periodismo, a profesionales del periodismo y a cualquier persona que esté interesada en la sociología y que quiera saber algo más sobre la sociedad en la que vive. A alguien que quiera profundizar y que, quizá a partir de este libro, pueda acudir a otras fuentes que puedan descubrirle nuevas respuestas para las preguntas que puede querer hacerse.

 

¿Son especialmente machistas las redacciones? 

Las redacciones están llenas de mujeres pero, cuando nos fijamos en el staff, en los jefes de sección, en los jefes de informativos, en los redactores jefes, los editores y los directores vemos que hay una mayoría de hombres dirigiendo estas redacciones. Esto no tiene por qué ser malo en sí mismo, el problema es que nuestra cultura es machista y esos jefes también lo serán, a no ser que estos profesionales entiendan que la sociedad está cambiando muy rápido y que es necesario darle un espacio a toda la actividad política, social, empresarial que está llevando acabo el sexo femenino. Su contribución es incuestionable, pero solamente protagonizan el 26 % de las noticias.

 

¿Hay alguna sección que sea especialmente machacada por el machismo?

Como este libro demuestra, puesto que hay un capítulo para cada sección de un periódico o informativo,  el machismo es transversal y estructural en las noticias. Dicho esto, quizá las noticias relacionadas con el mundo del cine, la moda o los deportes pueden incluir más porcentaje de tópicos y de estereotipos machistas que otras noticias o reportajes de otras secciones. Básicamente, porque están más centradas en los cuerpos de las mujeres.

 

¿Hay muchas diferencias en este sentido entre radio, prensa, televisión o medios digitales?

En cuanto a los diferentes medios, prensa, radio y televisión, me cuesta contestar esta pregunta, porque no he leído ningún estudio al respecto, pero quizá algunos medios digitales, por su rapidez y por esa apetencia por el click fácil, pueden generar titulares más provocadores y a veces más machistas para conseguir la atención de los lectores. Desde luego, hacen un flaco favor al periodismo.

 

¿Puede darnos algún ejemplo de una situación que haya vivido o de la que haya tenido conocimiento?

La televisión, por ejemplo, está plagada de ejemplos machistas. La juventud y la belleza de las presentadoras versus la madurez y no necesariamente belleza de los presentadores. Los tradicionales chistes machistas que se colaban en todos los programas de entretenimiento. Los cuerpos de baile de las actuaciones, donde casi siempre las mujeres estaban vestidas con ropa ajustada, o directamente con poca ropa, respecto a sus compañeros masculinos. Anuncios de televisión donde todavía podemos encontrar un montón de tópicos machistas. Los debates donde las mujeres no logran el mismo tiempo para hablar que sus compañeros masculinos. Hay muchos ejemplos aún. La hipersexualización del cuerpo femenino está por todas partes. Y las palabras sexistas también lo están. En el libro hablo de algunas de ellas, como adjetivos atribuidos generalmente a las mujeres: arpía histérica, marimandona, chicazo, zorra, perra... Los hay a porrillo.

 

La utilización del lenguaje inclusivo es un punto conflictivo. ¿Es factible utilizarlo a la hora de hacer una información?

En el libro se dedica un capítulo entero al lenguaje inclusivo y a demostrar que se puede escribir todo un texto, como es este caso, con lenguaje inclusivo sin que sea a la vez repetitivo. ¿Por qué se insiste tanto en el lenguaje inclusivo? Pues porque nuestro cerebro graba conceptos en imágenes y las archiva, probablemente cuando comenzamos a entender el significado de las palabras, y no se modifica a no ser que lo hagamos de una manera consciente. La sociedad avanza, las mujeres aparecen, pero no necesariamente en nuestras cabezas si no las nombramos. Por eso es importante nombrar a las mujeres o hablar de conceptos más complejos, como puede ser ciudadanía o equipo, donde no se activa el masculino plural y necesitamos darle una vuelta más para ver qué nos sugiere esa palabra. Todo eso lo estudia el neurolenguaje.

 

¿Recomienda su utilización? 

Sí que recomiendo utilizar el lenguaje inclusivo. Al principio, cuesta un poco más, pero, a medida que se practica, rápidamente se automatiza y cuesta menos. Visibilizar a las mujeres es un acto de justicia y el periodismo debe ser justo y feminista.

 

 

María Grijelmo: "La contribución de las mujeres es incuestionable pero solo protagonizan el 26% de las noticias"

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