¿Y si no viene?, Eminencia

La frase que encabeza el artículo se hizo famosa durante años y fue fiel reflejo en comentarios y libros en los que se analiza la historia del aeropuerto central de Galicia, Lavacolla, que desde hace cinco años se conoce como Rosalía de Castro. Una frase que recoge la conversación mantenida entre Francisco Franco, jefe del Estado y el cardenal de Santiago Fernando Quiroga Palacios. Esta conversación, según distintos observadores editoriales y periodísticos, tuvo lugar en el año1963 y motivada porque dos más tarde, 1965, se celebraba Año Santo .El prelado ourensano de Maceda, hizo saber a Franco que dentro de los planes podría ocurrir que el papa Pablo VI viajase a Compostela durante la celebración jacobea. Le hizo constar que el avión en el que viajaba el Santo Padre tenía grandes dimensiones y que se necesitaba además de una pista de aterrizaje más amplia unas instalaciones acordes con la visita papal, ya que lo que había era tan solo una aeródromo. Distintos estudios publicados dan cuenta de un dialogo entre las dos personalidades, de profundas raíces gallegas, que al inicio de la conversación hablaban de Excelencia y Eminencia. El cardenal hizo hincapié en que había muchas probabilidades de que el Papa viajara a Santiago, reafirmando en sus palabras la necesidad de que había que mejorar a todos los niveles las instalaciones de un pequeño aeropuerto nacido por la insistencia de una serie de personas -médicos y catedráticos de universidad- que había creado lo que se sigue llamando Aero Club de Santiago. Dicen los comentaristas que Franco, más o menos, le respondió: ¿Y si no viene el papa?; a lo que Quiroga Palacios insistió: ¿Y si viene? Así convenció a Franco y se llevaron a cabo las obras para ampliar el aeropuerto-que acaba de cumplir 90 años- y que va camino de su primer siglo de existencia.


En una ocasión los periodistas que cubrían la información local en Compostela- entre los que me incorporé a mi llegada a Santiago- en los principios de los años 70, le preguntaron al cardenal Quiroga sobre la famosa conversación. El prelado ourensano, después de fumarse un cigarrillo negro, sonrió, pero no confirmó nada de lo que muchos años más tarde se comentaba de forma abierta e incorporado en una biografía plena de gran des realizaciones religiosas y sociales.


Un par de médicos que fueron compañeros de mis padres en la Facultad de Medicina, y que presidieron el Aero Club, me hablaron del año 1935 cuando se puso en marcha el aeródromo que inicio sus actividades comerciales dos años más tarde con una línea en verdad curiosa: Santiago-Salamanca-Valladolid-Zaragoza. El tráfico nacional e internacional, así como las escalas técnicas, se pusieron en marcha el 30 de junio de 1947.Han pasado 78 años y el aeropuerto sigue alcanzado cotas importantes.


En los años 60 se fraguaron todas las realizaciones más importantes - pista central y de rodadura- para convertir a Lavacolla en un gran aeropuerto comercial. Sus instalaciones recibieron a dos papas Juan Pablo II (1982 y1989) y Benedicto XVI (2010). Los deseos del cardenal Quiroga Palacios, gran impulsor del aeropuerto compostelano, se cumplieron en totalidad décadas después. El prelado en su momento usó muy bien las distintas fases de la diplomacia y de las relaciones Iglesia / Estado.

¿Y si no viene?, Eminencia

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