Apple ha definido el calendario para el cese del soporte a los Mac equipados con procesadores Intel y la gradual eliminación de Rosetta 2, la herramienta de traducción que ha permitido la ejecución de aplicaciones Intel-nativas en los Mac con chips de Apple.
Este anuncio marca un paso decisivo en la consolidación de Apple hacia su propia arquitectura de silicio, y delinea un futuro donde macOS estará diseñado y optimizado exclusivamente para sus procesadores.
Durante recientes sesiones informativas tras su Conferencia Mundial de Desarrolladores (WWDC), Apple ha confirmado que macOS 26 "Tahoe" será la última versión principal del sistema operativo compatible con los Mac basados en Intel. Esto implica que, a partir de 2026, las futuras iteraciones de macOS, como macOS 27, dejarán de ser compatibles con la arquitectura Intel.
La compatibilidad con macOS 26 Tahoe se limitará a un grupo selecto de Mac con Intel. Los modelos que recibirán esta última gran actualización incluyen los MacBook Pro de 16 pulgadas y Mac Pro lanzados en 2019, así como los MacBook Pro de 13 pulgadas y los iMac con chips Intel de 2020.
Sin embargo, es importante destacar que los modelos de MacBook Air y Mac mini con procesadores Intel de cualquier año no serán compatibles con macOS 26 Tahoe, al igual que muchos otros Mac Intel más antiguos, incluyendo algunos MacBook Air de 2020 y MacBook Pro de 2018.
Para los usuarios de los Mac Intel que sí reciban macOS Tahoe, Apple ha prometido proporcionar actualizaciones de seguridad durante un periodo de hasta tres años. Esta medida busca ofrecer una ventana de transición segura, permitiendo a los usuarios planificar su eventual migración a dispositivos con Apple Silicon sin comprometer la seguridad de sus sistemas.
Rosetta 2, introducido en 2020 para facilitar la ejecución de aplicaciones Intel en los Mac con chips de Apple, continuará su funcionalidad de traducción de aplicaciones en macOS 26 y macOS 27.
Sin embargo, a partir de macOS 27, su soporte se verá notablemente restringido. Su uso se concentrará en un conjunto limitado de aplicaciones, principalmente juegos antiguos que dependen de librerías específicas de Intel y que ya no cuentan con soporte o actualizaciones por parte de sus desarrolladores. Esta estrategia busca incentivar a los desarrolladores a optimizar sus aplicaciones para los chips de Apple o a crear binarios universales.
macOS 26 Tahoe no solo marca el final de una era para los Mac con Intel, sino también el inicio de una nueva etapa de innovaciones exclusivas para Apple Silicon. La nueva versión del sistema operativo estrenará un diseño "Liquid Glass"y ofrecerá importantes mejoras en funciones clave. Entre las novedades destacan:
Estas funcionalidades avanzadas de inteligencia artificial y otras mejoras de rendimiento y eficiencia en macOS 26 Tahoe han sido diseñadas exclusivamente para funcionar en los procesadores de la serie MX de Apple, consolidando la plataforma de Apple Silicon como el futuro de la experiencia Mac.
Para los usuarios de Mac con Intel, el mensaje es claro: la transición a hardware con Apple Silicon se está volviendo una necesidad para acceder a las últimas características de macOS, garantizar la compatibilidad con el software más reciente y beneficiarse de las actualizaciones de seguridad a largo plazo.
Para la comunidad de desarrolladores, el enfoque de Apple en su propio silicio es una señal inequívoca para priorizar el desarrollo nativo. La reducción del soporte generalizado para Rosetta 2 hace hincapié la importancia de adaptar las aplicaciones para aprovechar al máximo las características de los chips de Apple, lo que resultará en una experiencia de usuario superior y un ecosistema de software más robusto.
Este movimiento estratégico de Apple es una evolución natural en su búsqueda de una integración hardware-software sin precedentes, que busca ofrecer la experiencia informática más potente posible.