Carballo despide a uno de sus símbolos, la centenaria Casa San Ramón echa el cierre

Carballo despide a uno de sus símbolos, la centenaria Casa San Ramón echa el cierre
Victoria Castro, con el antiguo cartel de Casa San Ramón | MAREMA

Olor a papelería antigua. Eso es lo primero que se percibe -y lo primero que muchos destacan- al cruzar las puertas de Casa San Ramón, en Carballo. Después del olor llegan todos los estímulos visuales: estanterías de madera, muchas revistas, periódicos, todo tipo de material de papelería, regalos, libros... y detrás del mostrador, Victoria Castro, siempre con una sonrisa y, antes que ella, su padre, Gregorio


Desde su apertura en la calle Desiderio Varela hace ya 80 años (a los que hay que sumar los 20 que pasó en un local de la ahora Praza de Galicia, donde el abuelo de Victoria, Ramón, fundó el negocio que funcionaba como mercería y droguería), Casa San Ramón es una de las pocas cosas que no ha cambiado en un entorno que se ha transformado tanto hasta volverse casi irreconocible para los más veteranos. Estoico, durante cien años este comercio  familiar se ha mantenido como uno de los emblemas del Carballo de antaño. Hasta ahora. 


Este domingo de feria y en el año de su centenario, Casa San Ramón venderá su último periódico y echará el cierre. No porque no resulte rentable, ni por la crisis o por enfermedad, sino por un buen motivo: Victoria se jubila y después de pasar 40 años detrás del mostrador, se dedicará a su familia y a disfrutar de sus dos nietos pequeños. 

 

Casa San Ramon Carballo 2
Victoria Castro con dos números antiguos de El Ideal Gallego | MAREMA


Esto no quiere decir, sin embargo, que no sienta nostalgia. “Claro que voy a tener nostalgia, porque son muchos años aquí. Yo hice magisterio y estudié fuera. Después me casé y tuve a los niños y me quedé aquí. De los cien años del negocio, yo hace 40 que estoy aquí”, cuenta. 


No duda en afirmar que lo que más extrañará es el contacto con la gente. De hecho, afirma que le gusta trabajar en el negocio más ahora que cuando era más joven. “Conoces a las personas, sabes lo que quieren cuando entran, hablas con ellas, te cuentan sus problemas...”, destaca. “Voy a echar de menos el contacto con la gente, con los clientes de toda la vida”, insiste.

 

Victoria esperó a que Casa San Ramón cumpliera los cien años para despedirse. Es un cierre perfecto a un ciclo, a un emblema que siempre será recordado en Carballo. Ahora toca descansar y disfrutar.

 

(El reportaje completo se puede leer en la edición en papel de este sábado).

Carballo despide a uno de sus símbolos, la centenaria Casa San Ramón echa el cierre

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