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lunes | 29 abril | 2024
El aumento de los precios de los materiales de la construcción está retrasando la ejecución de importantes obras en Carballo, valoradas en más de 1,4 millones de euros. Primero fue la reforma del Pazo da Cultura, cuyo contrato tuvo que ser rescindido a principios de año sin haber empezado la obra; después el centro social de Goiáns, con la licitación que quedó desierta en dos ocasiones, y ahora la ampliación del cementerio municipal.
Este lunes, el gobierno local aprobó la resolución por mutuo acuerdo del contrato, con la obra aún por finalizar. “O incremento do prezo dos materiais fan inviable para a empresa a conclusión dos traballos”, explicaron desde el Concello, por lo que la parte que queda pendiente (la colocación de la piedra) tendrá que ser objeto de una nueva licitación, aunque visto lo visto, podría enfrentarse a los mismos problemas de falta de ofertas que el contrato del centro social de Goiáns.
Lo cierto es que la ampliación del cementerio de Carballo ya acumulaba un importante retraso. El contrato fue adjudicado en septiembre del año pasado y el plazo de ejecución era de cuatro meses. El primer escollo con el que se encontró la actuación fue la falta de suministro de materiales, lo que obligó a frenar la obra por unos meses. En mayo los trabajos se retomaron con cierta normalidad, pero ahora la resolución del contrato deja sin fecha la finalización de la ampliación. Esta situación también afectará a las previsiones de ingresos municipales relacionadas con la venta de los nuevos nichos.
Los altos precios de los materiales de la construcción tienen otra consecuencia más allá de estos retrasos. El primero es que son muy pocas las empresas que pueden presentarse a las licitaciones públicas, lo que supone que en el último año solo un número limitado de empresas (dos o tres) han optado a hacerse con algún contrato de obra pública en Carballo y no son pocos los casos en los que solo se ha presentado una única oferta.
La segunda consecuencia, directamente relacionada con la primera, es que las pocas empresas que hacen ofertas económicas ofrecen reducciones mínimas o incluso ninguna rebaja respecto al presupuesto base de la licitación. Esto ocurrió, por ejemplo, con el proyecto de ejecución del aparcamiento de camiones del polígono de Bértoa que está actualmente en ejecución. Este contrato de obra tuvo que salir a licitación dos veces, al quedar el primero desierto, y al segundo procedimiento solo se presentó una única licitadora que presentó una oferta económica sin ninguna rebaja. Todo esto resta margen de maniobra al Concello que no puede escoger entre varios ofertas ni conseguir ningún ahorro en las contrataciones.
