Los vecinos de Vilanova, y también los de Lampón, en Boiro, honraron ayer a San Mauro como manda la tradición. Aparte de los actos religiosos, la festividad se caracteriza por la degustación de callos, un plato que no puede faltar y que en la localidad vilanovesa forma parte ya de su vida social. Familias enteras acuden a los bares a cumplir con una tradición que no hace más que enfatizar la comunión que existe entre la fiesta y la gastronomía en las comarcas arousanas. Las degustaciones comienzan por los callos por San Mauro y a partir de ahí se sucede el pulpo, la ostra, mejillón, albariño, marisco...