Putin va a la desesperada a una guerra que ya empieza a ser absurda

La pérdida de vidas humanas resulta repugnante sean del bando que sean. Además, las víctimas suelen ser ajenas a los ‘juegos del poder’ que imperan en sus países. El ataque a una discoteca rusa por parte, ahora se sabe, de terroristas islámicos, sirve a un hombre como Putin (capaz de hacer borrar del mapa a sus enemigos políticos y meterlos en prisión solamente por osar a criticarle) para apuntar todo su arsenal contra Ucrania y culparla de un atentado contra inocentes. Le vale todo. Ahí estuvo el presidente ruso, junto a Irán, alentando a los terroristas de Isis, que ahora le dan de su propia medicina, y advierte de que acabará con ellos para siempre. Europa se prepara para lo peor. Eso dicen.