¡Qué larga es la cuenta atrás!

¡Qué larga es la cuenta atrás!
Olaf Scholz y Pedro Sánchez | EFE

Estamos ya contando los días que faltan para la cumbre hispano-alemana, de verdad. ¿Ustedes se imaginan la movida? Con el coche nos moveremos malamente —aunque a eso ya estamos acostumbrados—, peeeero… ¡tendremos la ciudad más segura de España y parte del mundo conocido! ¿No les hace ilusión? Quién nos iba a decir,  a los que ya peinamos canas, que íbamos a festejar ver mucha policía. Y la limpieza, ¿qué nos dicen de la limpieza? Nos van a dejar todo empatenado; ni un hierbajillo fuera de su sitio, ni un chicle pegado en el suelo, echarán una capita de asfalto —en los sitios estratégicos— y lo pintarán con unas líneas muy blancas y muy visibles, quitarán el ‘corpore in sepulto’ de la gaviota —sí, otra gaviota— que yace en el viaducto hace ya incontables días… ¿No han notado ya que han empezado a quitar hierbajos por la mediana de Alfonso Molina? Fíjense, fíjense. Y a pintar esa valla blanca sinuosa tan chula. Pues sí, encantados estamos con la cumbre hispano-alemana. Eso sí, para disfrutar de tales  maravillas tienen que vivir en el centro. Ya saben que en el centro… ¿está la virtud? No, está el centro.

¡Qué larga es la cuenta atrás!

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