La Fiscalía y la acusación particular en el caso de Manuela Chavero, la vecina de Monesterio (Badajoz) cuyo cadáver fue localizado cuatro años después de su muerte y desaparición, pedirán la prisión permanente revisable para Eugenio Delgado, el único acusado, en el juicio que ha comenzado este lunes.
En el banquillo de los acusados de la Audiencia de Badajoz y ante un jurado popular se sienta Delgado, la última persona que estuvo con ella la noche de su desaparición, el 5 de julio de 2016, y quien cuatro años después condujo a los investigadores hasta el lugar donde enterró el cadáver.
Desde su arresto, el 18 de septiembre de 2020, Delgado, cuya familia tenía una vivienda muy cercana a la casa de Manuela y una finca en el extrarradio del municipio, siempre ha mantenido que fue una muerte accidental y ha presentado contradicciones en cuanto si mantuvo o no relaciones sexuales con Manuela.
En su declaración hoy durante el juicio, en la que ha insistido en que se trató de una muerte accidental como consecuencia de una caída, no solo ha negado que la agrediera sexual y físicamente, sino que ha dicho que no mantuvo relaciones sexuales con la víctima ni antes ni durante los hechos por los que se le acusa.
Según el relato de la Fiscalía, alrededor de las 2:15 horas del 5 de julio de 2016 Eugenio se dirigió a la vivienda de Manuela tras haber advertido desde el exterior que se encontraba en el interior, pues la luz estaba encendida, que ella aún seguía despierta y estaba sola.
Con la excusa de que debía devolverle una cuna que él le prestó en su día, ambos se dirigieron a la vivienda familiar del joven, a unos 80 metros y que esporádicamente utilizaba.
Ya en el interior de esta vivienda, sin contar con el consentimiento de Manuela, la abordó para satisfacer sus deseos sexuales y la agredió mortalmente. Posteriormente, cargó el cuerpo sin vida de Manuela en su vehículo y se dirigió hasta su finca, donde lo enterró envuelto en una sábana y atado con cuerdas.
El acusado, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha relatado este lunes que al ver luz en casa de Manuela decidió acercarse y decirle que podía ir a recoger la cuna, que se encontraba en el domicilio de los padres del acusado.
Una vez en su interior y cuando cargaban la cuna, Manuela tropezó, cayó contra el suelo y quedó inmóvil. Posteriormente, portó en brazos el cadáver de la mujer hasta el maletero de su coche y se dirigió a una finca que tenía en el municipio. Allí, y con la ayuda de la pala de un tractor, la transportó a un lugar donde la enterró, siempre según la versión del acusado.
Previamente a su declaración, se ha proyectado en la sala de vistas el material audiovisual grabado por la policía científica en la reconstrucción de la muerte de Manuela.
Aunque la reconstrucción de los hechos duró más de cinco horas, el material audiovisual que este lunes se ha proyectado en sede judicial ha tenido una duración cercana a los 90 minutos, pues se trata de exponer “lo nuclear” del caso”, según ha explicado el presidente del tribunal.
En sus afirmaciones durante la reconstrucción, el acusado aseguraba que Manuela cayó accidentalmente en su habitación cuando cargaban una cuna y que como consecuencia de la caída murió. “Me fui al salón durante un rato”, apunta cuando se le preguntó “qué hizo” cuando la mujer quedó tumbada en el suelo.
También relata que desde la caída hasta que enterró el cuerpo sin vida de Manuela pasaron “unas cinco o seis horas”.
Su abogado, Javier Gutiérrez Reyes, ha sostenido la versión de la muerte accidental que, asegura, provocó en el ahora procesado un “bloqueo mental y físico”. En su opinión, la versión de las acusaciones “carece de sustento probatorio”, por lo que pide la libre absolución para su patrocinado.
Las dos acusaciones particulares, que representan a los hijos de Manuela y a la hermana y padres de ella, han pedido prisión permanente revisable para el acusado y el pago de más de un millón de euros en su conjunto como responsabilidad a los familiares. Un importe que el Ministerio Fiscal rebaja hasta los 700.000 euros, según se desprende del escrito inicial.
La letrada de la hermana y de los padres de Manuela ha asegurado en declaraciones a los periodistas que la versión de la muerte accidental “no es posible, pues el cuerpo sin vida no presentaba lesiones en la cabeza”.
A su juicio existe material probatorio suficiente para demostrar que hubo violación y posterior asesinato